NEOCATECUMENADO

Camino Neocatecumenal

"Hay que hacer Comunidades Cristianas como la Sagrada Familia de Nazaret, que vivan en humildad, sencillez y alabanza. El otro es Cristo"

El Camino Neocatecumenal - vivido en el seno de las parroquias, en pequeñas comunidades constituidas por personas de diversa edad y condición social - [...] tiene como fin último el llevar gradualmente a los fieles a la intimidad con Jesucristo y de convertirlos en sujetos activos en la Iglesia y testigos creíbles de la Buena Noticia del Salvador; promueve la misión ad gentes no solo en los países de misión, sino también en aquellos de antigua tradición cristiana hoy por desgracia profundamente secularizados; es un instrumento para la iniciación cristiana de los adultos que se preparan a recibir el Bautismo según las normas contenidas en el Ordo Initiationis Christianae Adultorum (Sagrada Congregación para el Culto Divino, 6 de enero de 1972).

En muchas ocasiones y de diversas maneras San Juan Pablo II subrayó la abundancia de frutos de radicalismo evangélico y de extraordinario impulso misionero que el Camino Neocatecumenal lleva a la vida de los fieles laicos, a las familias, a las comunidades parroquiales, y la riqueza de las vocaciones que el mismo suscita al sacerdocio y a la vida religiosa, revelándose como "itinerario de formación católica válida para la sociedad y los tiempos actuales" (AAS 82 [1990] 1513-1515).

A su vez, el Santo Padre Benedicto XVI, dirigiéndose a los miembros del Camino Neocatecumenal el 12 de enero de 2006, afirmó: "Vuestra acción apostólica se coloca en el corazón de la Iglesia, en total sintonía con sus directivas y en comunión con las Iglesias particulares en las que iréis a actuar, revalorizando plenamente la riqueza de los carismas que el Señor ha suscitado a través de los iniciadores del Camino" (Enseñanzas de Benedicto XVI II, 1 [2006], 58-59).

(Extracto del Decreto de Aprobación del Estatuto de Camino Neocatecumenal, 11 de mayo de 2008)

En diversas ocasiones insistí sobre la necesidad que la Iglesia tiene de pasar de una pastoral de simple conservación a una pastoral decididamente misionera (cf. Exhort. ap. Evangelii gaudium, 15). Cuántas veces, en la Iglesia, tenemos a Jesús dentro y no lo dejamos salir... ¡Cuántas veces! Esto es lo más importante que hay que hacer si no queremos que las aguas se estanquen en la Iglesia. El Camino desde hace años está realizando estas missio ad gentes entre los no cristianos, para una implantatio Ecclesiae, una nueva presencia de Iglesia, allí donde la Iglesia no existe o no es ya capaz de llegar a las personas. «¡Cuánta alegría nos dais con vuestra presencia y con vuestra actividad!», os dijo el beato Papa Pablo VI en su primera audiencia con vosotros (8 de mayo de 1974). Yo también hago mías estas palabras y os aliento a seguir adelante, confiándoos a la santísima Virgen María que inspiró el Camino Neocatecumenal.

(Extracto del Discurso del Papa Francisco a los miembros del Camino Neocatecumenal, 6 de marzo de 2015)